jueves, 10 de noviembre de 2011

"Tarántula", de Thierry Jonquet



Después de leerla, no sorprende que esta historia llena de pasión, personajes atormentados, comportamientos obsesivos, situaciones extremas y la imprescindible cuota de ambigüedad, llamara la atención de Pedro Almodóvar. No he visto la película, así que no sé lo que ha hecho con ella. Como siempre ocurre con el manchego, hay división de opiniones.

Por mi parte agradecerle que proporcionara la excusa para la reedición por Ediciones B, Círculo de Lectores y Edicions Bromera, ésta última en catalán, de "Tarántula" y, con ello, la ocasión de descubrir Thierry Jonquet, autor al que no conocía y que, por lo que he comprobado, no tiene mucho predicamento en nuestro país, ni de las editoriales la atención que, leído lo leído, creo que se merece.

Se habla de Thierry Jonquet como de un autor de novela negra. Lo será, no sé, ya he dicho que no tenía el gusto. Lo que sí puedo decir es que "Tarántula" no se una novela de género.

Dudo que la intención del autor fuera, siquiera, aparentar una novela de intriga. Desde el primer momento te das cuenta de que estás ante algo bien distinto, por mucho que luego aparezcan ladrones, atracos a sucursales bancarias, policías muertos, secuestros y disparos. Lo propio del momento. Pero no es eso lo relevante.

Tampoco la estructura, aunque no sea lineal, tiene como objetivo forzar la sorpresa final. Aunque sirve para proporcionar prudentemente la información, más bien es una consecuencia natural y lógica, el diseño necesario para un propósito superior, el de trascender esta envoltura coherente con su época, un mero recurso que apenas es continente y soporte de una enseñanza moral mucho más relevante.

Por ello, en realidad, esta historia está más cerca de la mitología clásica, mantenida por las posteriores leyendas y sagas heroicas sobre personajes equívocos, tan crueles y vengativos como generosos y compasivos; poderosos y, a la vez, indefensos ante sus pasiones, maldecidos y condenados a sufrir las consecuencias de sus actos; omnipotentes, mas sometidos al azar y la casualidad, instrumentos necesarios para mantener el equilibrio.

Conforme con esa tradición, pero adaptándola a este tiempo, construye un relato conciso, elegante e intemporal, para lo cual prescinde de cualquier tipo de adorno o distracción. Esta economía requiere el aprovechamiento de las oportunidades disponibles, en este caso las descripciones, no sólo de los personajes, sino también de paisajes, entornos o escenarios para, con habilidad, explicar las circunstancias e integrar información. De este modo crea un pequeño y claustrofóbico mundo onírico, te introduce en una pesadilla cuyos elementos tienen todos un significado. Quizá alguna de las imágenes usadas resulte tópica y chirríe por simple, por obvia.

La intención de ser claro y directo, la preeminencia del fondo sobre la veracidad de la forma, la austeridad de recursos, los limitado de los espacios, la misma simbología, la épica, el trágico destino y la rigidez de los personajes tienen más en común con lo teatral que con lo cinematográfico.

En cualquier caso el resultado es eficaz y el mensaje comprendido. Lo que no se comprende es lo ignorado que es, y la poca trascendencia que ha tenido aquí, Thierry Jonquet

Más información sobre Thierry Jonquet y "Tarántula"