Más esfuerzo hay en esta opinión que el demostrado por Tom Sharpe al escribir "Los Grope".
Sí, se trata de una novela de humor, pero en vez de reírse los lectores, le tocaba el turno al escritor y a los editores. Qué tomadura de pelo.
Sí, se trata de una novela de humor, pero en vez de reírse los lectores, le tocaba el turno al escritor y a los editores. Qué tomadura de pelo.
A quién quiere engañar, si el único perjudicado es él. A mí no me ha timado. Pagué cinco euros en "El trueque", una pequeña librería de segunda mano sita en el barrio de Santa Cruz de Sevilla, regentada por una californiana muy agradable que está liquidando las existencias mientras intenta traspasar el negocio infructuosamente; como consecuencia de la legislación arrendataria, una librería de viejo menos y una tienda de camisetas y recuerdos más.
Tom Sharpe estaba dando muestras de agotamiento. La repetición de personajes, temas y situaciones restaba sorpresa y gracia. El cansancio es comprensible, y no siempre se va a acertar. Pero "Los Grope" es algo mucho peor.
Algo que afecta fundamentalmente a su prestigio. Quien se acerque a su obra y comience por esta obra posiblemente, y con razón, no vuelva a intentarlo y cuestionará además el criterio de los que nos hemos reído a carcajadas, de los que hemos llorado de risa con algunos fragmentos de su famoso "Wilt" y, sobre todo, de las obras que transcurren en la Sudáfrica del Apartheid, "Reunión tumultuosa" y "Exhibición impúdica".
Tom Sharpe no es un autor comprometido, no hace crítica social, ni tiene ánimo constructivo, reformador, y mucho menos pretensiones estéticas. Simplemente dispara a todo lo que se mueve, no respeta nada ni a nadie, ridiculiza instituciones, estamentos y estratos sociales, y los personajes tienen una personalidad definida por un único rasgo llevado al extremo, lo cual les abocaba a situaciones límites con consecuencias tremendas, felices o infelices, afortunadas o trágicas.
En "Los Grope" ya no queda nada de ese humor gamberro y cruel. Tom Sharpe, pero, con el mismo efecto, podría haber sido cualquiera conocedor de los mecanismos y recursos, sencillos pero eficaces, utilizados por éste, los ha intentado utilizar en una historia con los elementos propios de sus obras anteriores, pero con un resultado fallido. Y no sólo porque se trate de tipos y técnicas reconocibles y redundantes, sino principalmente porque la historia no está trabajada, desarrollada, explotada, con lo que las situaciones son desaprovechadas y no están explicadas o justificadas, los personajes no son exprimidos y, lo nunca visto en este escritor, ahora son incongruentes e inconsistentes, cuando siempre habían sido radicalmente unidireccionales y consecuentes.
Tiene toda la pinta de ser una obra de encargo, un compromiso con sus editores, que le habrá reportado un buen dinero, pero que más daño le hace a su crédito y reputación. Con lo que has ganado, si no tienes nuevas ideas, las que se te ocurren no son buenas o no tienes ganas de esforzarte, no sigas publicando, no lo necesitas.
Más información sobre: "Los Grope" y Tom Sharpe
Tom Sharpe estaba dando muestras de agotamiento. La repetición de personajes, temas y situaciones restaba sorpresa y gracia. El cansancio es comprensible, y no siempre se va a acertar. Pero "Los Grope" es algo mucho peor.
Algo que afecta fundamentalmente a su prestigio. Quien se acerque a su obra y comience por esta obra posiblemente, y con razón, no vuelva a intentarlo y cuestionará además el criterio de los que nos hemos reído a carcajadas, de los que hemos llorado de risa con algunos fragmentos de su famoso "Wilt" y, sobre todo, de las obras que transcurren en la Sudáfrica del Apartheid, "Reunión tumultuosa" y "Exhibición impúdica".
Tom Sharpe no es un autor comprometido, no hace crítica social, ni tiene ánimo constructivo, reformador, y mucho menos pretensiones estéticas. Simplemente dispara a todo lo que se mueve, no respeta nada ni a nadie, ridiculiza instituciones, estamentos y estratos sociales, y los personajes tienen una personalidad definida por un único rasgo llevado al extremo, lo cual les abocaba a situaciones límites con consecuencias tremendas, felices o infelices, afortunadas o trágicas.
En "Los Grope" ya no queda nada de ese humor gamberro y cruel. Tom Sharpe, pero, con el mismo efecto, podría haber sido cualquiera conocedor de los mecanismos y recursos, sencillos pero eficaces, utilizados por éste, los ha intentado utilizar en una historia con los elementos propios de sus obras anteriores, pero con un resultado fallido. Y no sólo porque se trate de tipos y técnicas reconocibles y redundantes, sino principalmente porque la historia no está trabajada, desarrollada, explotada, con lo que las situaciones son desaprovechadas y no están explicadas o justificadas, los personajes no son exprimidos y, lo nunca visto en este escritor, ahora son incongruentes e inconsistentes, cuando siempre habían sido radicalmente unidireccionales y consecuentes.
Tiene toda la pinta de ser una obra de encargo, un compromiso con sus editores, que le habrá reportado un buen dinero, pero que más daño le hace a su crédito y reputación. Con lo que has ganado, si no tienes nuevas ideas, las que se te ocurren no son buenas o no tienes ganas de esforzarte, no sigas publicando, no lo necesitas.
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